Arte gráfico de Victoria Vidal

Lunes 6 de Junio 2023

La exposición "Todas ellas" está montada desde Junio

en Ubik café

Calle Literato Azorín 13, Ruzafa, Valencia


Sobre la exposición:

Esta colección reúne algunos de mis dibujos que hablan de un tema recurrente en mi trabajo artístico, la representación de mujeres diferentes, en distintas situaciones, pero siempre en rol protagónico, la mayoría con una mirada introspectiva, como una instantánea de una epifanía interior, como se ve claramente en Oceánica (n. 14) o en Perfil en flor (n. 18), también puede ser un momento que refleja su esencia, tal como vemos en Escritora (n. 13) o en Las tres mujeres que soy (n. 10) ; quizás en otros casos que refleje emociones (Luz adentro, n. 3); o deseos (Fuego, n. 4) y por supuesto dificultades y demonios personales (Insomnio, n. 12a).

Supongo que es a veces una proyección natural al momento de dibujar, pero al mismo tiempo un interés por crear imágenes de mujeres diversas e interesantes (Todas ellas, n. 11), escapando un rato del rol meramente estético-pasivo de la representación femenina clásica. Ya sé que eso ha cambiado bastante, pero quizás no lo suficiente, para mí al menos, necesito seguir creando rostros que me sorprendan, jugar con lo que es belleza para mí, con lo raro, lo íntimo o emocional. Representar eso me resulta importante, necesario. 


Obras expuestas


1. Madre en el árbol

Esta ilustración fue creada a partir del cuento "Volver al trabajo" de la escritora Marjorie Mardonez. Es parte del libro "Queridas desconocidas de Editorial ilustraverde (2020, Viña del Mar, Chile)

"Hoy regresaré a trabajar. Se acaba de terminar el posnatal, y con él esta vida de ensueño. Hoy, ella comenzará a desprenderse de mí. Siento que me roban y lloro con impotencia y por primera vez en la vida entiendo que la vida me gana, que no es un juego, que esta cárcel de puertas abiertas no es una metáfora.
Quiero estar en un árbol toda la tarde con ella. Quiero estar en el río toda la vida con ella."

2. Bella verde

Este dibujo lo hice jugando en algún momento en el 2020. Lo que sí me acuerdo específicamente es cuando lo pinté en digital. Estábamos confinados y eran esos días en que los “eventos” eran conciertos en Instagram de un artista o una quedada en Zoom. Uno de los más recordados para mí fue el concierto en vivo que dio desde su casa la maravillosa Silvia Pérez Cruz. Dejé el móvil de pie en mi escritorio y por mientras escuchaba a mi diosa favorita cantar, me puse a pintar en la tableta digital a esta mujer dibujada en alguna croquera, con sus grandes ojos perdidos, las proporciones me recordaban los dibujos sintéticos e inigualables de Picasso, no comparo, digo que me recordaba. Elegí el verde para el pelo ¿Será que la Silvia tocó “Verde”? Es probable.


3. Luz adentro

Fue hecho totalmente con acuarela, un experimento sin un objetivo claro, a medida que fui avanzando busqué la sensación de un cuerpo retorcido, como remoloneando en una cama. Sin ninguna preocupación de una representación lógica de un cuerpo, sino de provocar la idea de una emoción en colores, una “emocionografía”. Podemos ver una especie de otro cuerpo dentro de la figura de la mujer, algo así como su alma, o su luz o su emoción. Para mí representa un poco una aceptación de esa luz en ese momento en ella, sintiéndolo en su carne.


4. Fuego

Esta ilustración pertenece al libro “Queridas Desconocidas”, como la n.1. Corresponde a un cuento llamado “La Tota”, un personaje muy “fogoso”. En la historia correspondía a una humana de carne y hueso, pero yo quise representar su pasión e intensidad de una forma más mitológica, como una especie de dragona sensual en llamas. Está totalmente pintada en acuarela, aunque tiene una pequeña intervención en la intensidad de los colores con el ordenador.


5. Te recuerdo azul

Es un dibujo original hecho con acuarela y lápices de colores. Un experimento de esos rostros que intento crear con una mirada llena de preguntas, habitualmente a sí misma. En un juego de equilibrio estético en que busco formas raras y sorprendentes, asimetrías más allá de lo regular y normalmente armónico, pero que al mismo tiempo me parezcan bellas, delicadas, perfectas en su propio mundo.


6. Abrazo árbol

La hice el 2013 si no me equivoco. Está dibujada con lápiz negro de color y pintada en digital, con lo que logré ese efecto de vientos tormentosos de fondo. En este caso tenía una imagen de referencia en mi cabeza: en un viaje a Xátiva, me sacaron una foto abrazada a un ciprés. Me encantaba esa foto, me imaginaba ese árbol abrazándome a su vez, que me pudiera cobijar. Era en realidad un símbolo de esa naturaleza a la que uno quiere volver, en la fantasía urbana claro, pero con nostalgia de la inmesidad y poder de una naturaleza salvaje en las que quisieras aferrarte por un momento.


7. Trenza cordillera

Comencé con un rostro simplemente y hacia abajo le salieron montañas, luego una trenza, verticalidad… ya no podía ser otra cosa. Donde nací el territorio se aprende vertical, con cordilleras, con mar y con una fuerza que es un poco incuestionablemente femenina. Para ser aún más obvios afloraron unas ballenas, unos líquenes (para mí) y abajo se quiebra hacia el este. En ese tiempo había vuelto a Chile (2016) estaba jugando con un grafito sobre un trozo mal cortado de cartulina. Las horas anteriores fueron experimentos horrorosos en acuarela, nada que salvar. Pero este dibujo me gustó, luego lo escaneé, lo pinté en Photoshop y hoy es de mis favoritos.


8. Retrato interior

Quería dibujar una persona que adentro tuviera un mundo, como es la realidad. Con órganos vitales, pero también montañas, carreteras, tuberías. No podía faltar una tetera en ebullición, una alcachofa, un barco en su lago, una cama emanando un sueño, todas esas cosas que hay adentro.


9. Aquí y allá

Se reconoce claramente la dualidad ciudad-naturaleza, pero para mí habla de las muchas dualidades que conviven en una misma persona: ojo que soy esto pero no dejo de ser aquello, ojo que me hago vieja pero no me olvido de la niña, ojo que vivo aquí pero inevitablemente también me quedo allá.


10. Las tres mujeres que soy

Esta ilustración tiene un nombre bastante spoiler. En ese momento partí dibujando pensando en nada, en imágenes recurrentes, montañas, mujeres, pero al final esta metodología de improvisar funciona como sesión de psicoanálisis, y después cuando voy acabando me voy dando cuenta de cosas y quizás agrego elementos para que sea totalmente en línea con esa idea. El problema es que no soy psicoanalista así que no sé bien los nombres que tendría cada personaje, pero la del fondo me parece que representa ese yo del poder de las raíces, de los abuelos, la tierra que te alimentó y te ve crecer, no eres tú pero es parte de tu identidad; luego hay una que es la más visible “la que al final tiene que cruzar el río” aunque sea la más temerosa, la que parece más vulnerable, es finalmente la que hace que las cosas sucedan; y la más misteriosa es esa pequeñita que está siempre observando, analizando, no sé bien si acompañando o juzgando, pero allí está. Si me lo sabes explicar mejor, soy toda oídos.


11. Todas ellas

Fue un experimento con dibujo y pintura acuarela. Varios tipos de mujeres en recuadros diferentes, sin bocetos ni nada. El original es muy similar aunque hice un pequeño retoque a los colores en la versión digital. La exposición lleva el mismo nombre porque es un ejercicio parecido, una recolección de mujeres diversas, en edad, expresiones, colores. Es una búsqueda que también heredé de mi papá que dibuja y siempre busca sorprenderse con un rostro nuevo. Yo pienso que esa búsqueda no es solo estética sino que habla también de intentar comprender el complicado enigma de que hay “otros” cuya variedad sin fin no terminaremos de conocer, otros diferentes a lo que se esperaría, como cualquiera de nosotros.


12a. Insomnio

Antes de tener a mi hija solían ocurrírseme muchas cosas en medio de la noche, cuando es muy tarde pero demasiado temprano. A veces ideas que me entusiasmaban u otras veces preocupaciones absurdas que con luz no tienen importancia. Quise reflejar como se siente en esa habitación que se termina haciendo estrecha, aferrada a tu propio cuerpo que adquiere otras dimensiones y rodeada de sombras y luces de la calle que se terminan confundiendo con los pensamientos.


12b. Sombras

Esta obra original con acuarela y lápices es un retrato que me resulta misterioso, como un personaje de una novela que todavía no leo. Presumo que tiene relación con el mundo de la música blues, aunque no sé por qué, parece que por el sombrero, que en lugar de taparla de la lluvia, le hace llover solo bajo la sombra de sus alas. Quizás ella no necesite una novela, porque los personajes los tiene tatuados en la cara y viven por debajo de ese papel.

Yo solo estaba dibujando y quiso aparecer ella.


13. Escritora

Envuelta en su historia, a punto de seguir atacando la máquina con sus dedos tap tap tap. Me encanta lo absorta que está, hasta se olvidó poner los zapatos, mejor.

Fue creada toda en digital, con un efecto que queda similar a una serigrafía y a collage.


14. Oceánica

Parece una foto de un instante irrepetible, una aparición en las profundidades, entre algas y corrientes de Humbolt, un gran pez que viene a saludar, mientras otro se hace presente por la espalda. Quizás no hable del océano y hable de sensualidad, quizás no es arena y es una galaxia de estrellas con la diosa de la vía láctea. 


15. Al sol

Resulta de un amarillo tremendamente melancólico, amarillo sol, pero sol despidiéndose. Ella toca la guitarra, como hace mi papá, mi tía, como hacía yo, salvándome de estar sola. Yo creo que hay viento, que está en los cerros de Tunquén, que es un momento dulce, que se acaba.


16. Mirada en blanco

Esta también corresponde al libro de cuentos y poemas de Marjorie Mardones. Es sobre un cuento durísimo, “La sala oscura”, relacionado a la violencia de género, en la peor de sus versiones. A veces no me gusta contar de donde proviene la imagen, porque cambia totalmente el sentido de una ilustración que por si sola es bella y sugiere muchas cosas. Aunque también es verdad, que en cierto aspecto la historia tenía mucha ternura, hacia la humanidad de estas hermanas, sus imperfecciones, deseos y amores. Quizás basta con decir, nos queremos vivas.


17. Diosa roja

Lo que más recuerdo del proceso de creación de esta ilustración es una tontería técnica, quizás porque la hice totalmente en digital. Lo que me acuerdo siempre es que había vuelto hace poco a Chile y que mi hermano me armó un ordenador de escritorio con una pantalla que en realidad era una televisión bastante grande, yo trabajaba cerca del ordenador y la pantalla era tan grande que es como si hubiera estado pintando dentro del ordenador, hacía unos zoom brutales, recuerdo pintar un pezón grande como una sandía, o una piel roja que llenaba la habitación. Esto hizo que siempre sienta que esta diosa es inmensa, kilométrica, que yo estuve en ese planeta y que fue un atardecer precioso.


18. Perfil en flor

En este caso el original es casi idéntico, quizás un pelito más pequeño. Fue hecho en conjunto con los otros originales de la colección, pero le tengo mucho cariño, no sé por qué, asi que solo vendo las impresiones de esta imagen. Tal vez  porque salió todo muy rápido y natural, muchas veces en los dibujos hay un poco de pelea, de ir puliendo cosas, arreglar detalles que se resisten, etc. Y quizás esta ilustración apareció tan fluida que me da pena que se vaya.

Me gusta en su caso que tiene flores que parecen decorativas, pero si te das cuenta son de ella, ella está brotando, de su cabeza, por debajo del pelo, y su ojo ve lo grande y lo pequeño al mismo tiempo.


   Me alegro que te interesara profundizar en estos dibujos

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